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Monday, April 17, 2006

Monólogo del preso VIP

Hace 35 días que estoy en la cárcel de Devoto, por un hecho que no cometí. Si no escribo esto me volveré loco, le clavaré una punta de percha al ex-juez procesado que duerme a un metro a mi derecha, o machacaré el cerebro del pequeño ex-concejal que me atormenta por la izquierda.

Como todos saben, soy actor. No muy bueno, dicen, pero popular. Comedia familiar, algún ciclo en la tele, una temporada en el Maipo, veranos en Mar del Plata. Sesenta años, el físico caído un poco, los contratos que empiezan a escasear, los periodistas que ya no te llaman, para colmo una ex-mujer que sale a hablar pestes de uno y, cuando te querés acordar estás más solo que la una, a un lado del camino, el teléfono mudo, la gente ni te saluda. Te agarra rabia, a mí me pasó, tenés ganas de mandar a todos a la remilputamadrequelosrequeteparióysevantodosalareputisimaconchaquelosparió.
Me deprimí y empecé con el alcohol y la coca, que siempre me habían ofrecido y yo no agarraba viaje, no sé por qué, será porque en el fondo soy un reprimido. No sé que tiene de malo la coca. Ya está: ya lo dije. Voy a decir más: me encanta la cocaína, me hace sentir libre y fuerte, que es lo que necesito. No me vengan con moralinas, que si hace mal, que perdés el control y no sé que carajo más. Yo no pierdo el control.

Claro que cuesta un fangote. Vendí mi casa de veraneo, puse la guita en un banco, me agarró el corralito, después me pasaron a bonos, participé en los cacerolazos, golpeé las puertas del Bank of Catzoland, me reportearon en la tele: un famoso que perdió los ahorros, ja ja miren como golpea las puertas, pobre, está un poco desquiciado. Entonces sin guita, con ganas de más coca, sin contratos y sin mujer, porque la última pendeja se me piantó cuando me quedé sin un mango, qué iba a hacer: ¿dedicarme a predicar la buenaventura en la Iglesia de las Santas Escrituras del Monte Sinaí, carajo? NO. Estoy podrido de que me afanen a mí me dije. Entonces hablé con gente y me tiraron un negocio: colocar merca entre mis amigos. Ahí se me puso jodida la cosa. No por la merca, es que no tengo amigos, los del ambiente se me escapan, dicen que soy mufa...Así que me sentaba en algún boliche de onda, hablaba con los mozos, pasaba la bola de que era proveedor. Y así fui haciendo una pequeña clientela de boludos/as. Me recordaban de la tele, les daba algo de confianza, que no los estafaría con merca de baja calidad, y entonces, vendía.

Empecé a parar la olla así, no gran cosa, pero pude zafar. Para colmo me entraron a pagar los bonos y cuando me quise acordar ya me había juntado con unos buenos mangos. En eso me llamaron para hacer publicidad para algo así como “Ratematil, el mejor raticida”, que pasan por la radio (con mi mejor voz digo ”No deje que las ratas se rían de usted, mátelas de a mil, con ratematil”).
Entonces le dije al dealer grande: che yo largo todo, ya zafé. Y el pesado me dice eso es lo que vos crees, pelotaris. El que se mete en esto, se queda acá adentro o aparece flotando en el Riachuelo. Pero no seas jodido, le digo, vos sabes que lo mío fue para salir de la mala, pero me falta vocación.
A los dos o tres días sale una nota en RadioFlash: Augusto Rivarola en malas compañías, con fotos mías, repartiendo papelitos blancos, recibiendo billetes, y la reputa madre: todos los canales me llaman a casa, todas las radios y lo que es peor mientras hablo con un notero amigo, bah, amigote, entra la cana con orden judicial y me llevan como si fuera un delincuente y me encierran en Tribunales a esperar la indagatoria con el Juez. Y el tipo me tiene dos días de calor terrible encerrado en el calabozo y afuera todos los movileros peleándose por escracharme a mi o a mi pobre hija, o a mi hermana y yo desesperado, sin poder hacer nada. Por ultimo me mandan a Devoto y acá estoy.
¿Que hice yo, quiero saber? Estafé a alguien? Pervertí a alguien? Me quedé con los ahorros de alguien? No pagué deudas? Prometí algo que no cumplí? Mentí? Asesiné a alguien? Torturé a alguien? Mandé a morir a alguien? Violé a alguien? Tiré a alguien en mitad del Rio? Secuestré? Me vuelvo loco si no escribo esto , y si no recibo una repuesta de alguien. Continuaré otro día, me hace bien contar mi historia. Chau.

1 comment:

Augusto Rivarola said...

Yo me llamo Augusto Rivarola.