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Monday, December 26, 2005

Ejercicio de Lengua.


Completar de la palabra faltante


¿cuánto.........? ¡cuánto ..........!

Cuánto ............ cabe en unos ojos
Cuánto ............ en un plato de arroz mojado
En una zapatilla abandonada en la fuga
En una madre aún entera

Cuánto ......... en una foto desde el más allá,
en la lista de buscados
en la lista de la morgue
en las listas de damnificados, heridos, estragados, golpeados, asfixiados, quemados, ahogados, derrumbados, quejumbrosos, llorosos, aquejados, implorantes, resignados, silenciosos,
en las de hermanos, sobrinas, tíos, abuelos, amigos, madres, compañeras, compinches, amigotes, maestros, conocidos (“es la novia del sobrino”, “es la compañera de una amiga”)
O en la lista de negaciones (“nunca voy a esos lugares, no veraneo en Tailandia, no me gusta el Rock, a mi nunca me va a tocar, no es mi responsabilidad”)

Dónde se esconde tanto ............

Dónde esconderse de tanto ............

Dónde va tanto ...........

Para qué tanto ............

in memoriam, a un año del dolor

The Barcelona Review

" Estimado Esteban Lijalad:

La colaboración que mandaste a THE BARCELONA REVIEW, "LAS FOSAS", ha sido elegida para ser publicada en el próximo número. Por favor envianos rápidamente una breve biografia tuya, y si deseas tambien una foto actual, y una nota en el cuerpo del mensaje en el que nos das permiso para publicar tu obra (los derechos son tuyos como autor) y en la que nos garantizas la exclusividad en internet. TBR nunca publica material que ya se halla en la red, por lo tanto, si el relato está en algún lugar del ciberespacio, no podríamos publicarlo.

Muchas gracias por colaborar con THE BARCELONA REVIEW

Saludos

Ernesto Escobar Ulloa"

Hablé con Escobar telefónicamente y me confirmó la publicación para enero de 2006.
Me aclaró "que esto es como que hayas ganado un concurso, ya que somos muy selectivos, TBR publica solo uno o dos cuentos por edición", lo cual es un nuevo refuerzo para mi ego literario, inflado en un año con dos premiosn ganados, cinco o seis cuentos publicados y ahora una Edicion Papel. Cero pesos, aclaro.

Sorpresa de Navidad

Recibí un regalo único y hermoso: mi mujer Malala Babino- en secreto y confabulándose con mi cuñado y amigo Juan Pablo Babino, hombre del mundo gráfico- prepararon una Edición Papel- no virtual, real- de una selección de mis cuentos.
Es muy fuerte verse en letras de molde: ahora entiendo las urgencias de escritores-as por objetivar sus textos en productos físicos, los libros, que son algo más que simples contenedores de cuentos: son entes que afectan la cosósfera, no solo la ideósfera.Tienen vida propia, peso propio, ámbito de lectura distinto- alejado de pantallas parpadeantes. Me gustó, me emocionó y se lo agradezco especialmente a Malala, mi compañera de veinte años, que tiene que lidiar ahora con una especie de escritor que le ha aparecido en los últimos cinco años. Recomiendo, entonces, publicar obras completas todos los meses: un buen remedio para el alma.

Nuevo Premio


Estimado Esteban:
Te envío el listado de premios y menciones.


Premios Concursos

“Humor y expresión del cono sur de América”

Editorial Despeñadero – 7 de diciembre de 2005



Jurado

Grupo literario “Estación cero”: Lena Berardone, Edelmira Gallino, Alberto Parra, Gerardo Rean, Mercedes Rocca, Alcira Saldaña y Norma Troiano.



Concurso: Humor del cono sur de América

Categoría: Cuento




1º Premio

El día del arquero de Chevrolet

Eduardo Bigotti

Firmat. Santa Fe. Argentina.

2º Premio

Réquiem para un "Pulento"

Elizabeth Regina Ortiz Pizarro

Santiago de Chile. Chile



Menciones

1º Mención:

Vacaciones en el Atlántico

Beatriz Gamble

Ciudad de Buenos Aires. Argentina

2º Mención:

Vanagloria

Aymer Waldir Zuluaga Miranda

Medellín. Colombia.

3º Mención:

Calibre 38 y La desgracia de Tiburcio Tiburcio Sestuna

Juan Carlos Vecchi

Olavaria. Provincia de Buenos Aires. Argentina

4º Mención:

¿Dónde está la salchicha?

Esteban Lijalad

Ciudad de Buenos Aires. Argentina.

5º Mención:

No era su día

Mario Osvaldo Cortese

Comodoro Rivadavia. Chubut. Argentina.


Estimado Esteban:
Tenemos a tu disposición el diploma (4º Mención Categoría Cuento de Humor del cono sur de América) y el libro. No se si querés retiralos en nuestra oficina o que lo enviemos a tu domicilio.
Un cordial saludo.
Alcira Saldaña , Editorial Despeñadero

Thursday, December 01, 2005

Es tiempo de hablar de mi residencia en España

España, 1976: el futuro empezaba en ese momento. Yo lo sabía pero no hice todo lo necesario para beber cada día el jugo de un pais en movida permanente, discutiendo, bebiendo la libertad a tragos largos, emborrachándose de sexo, política y libros.
Ahí estaba yo con 26 años y una cierta pesadumbre de vejez, de tipo semiacabado que viene a España escapando de un mal sueño, fugado de un pais que se comía a sus hijos. Digo, que la maravilla estaba ahí, al alcance de la mano, pero no la disfruté lo suficiente. Quizás la historia paso a mi lado, y yo estaba mirando la Luna. No sé: es como haberme sentado en la mesa de al lado de la mujer más bella del Universo y perdérmela por estar estudiando el menú.
Fui testigo, sí, de esa democracia naciente, de esas noches de verano en que todo Madrid salía a mostrarse en las terrazas, donde el amor te miraba a los ojos, sin vueltas , con desparpajo y apuro. Estabamos todos ardientes: los jóvenes porque lo éramos, los no tan jóvenes porque venían de un pais en el que “follar no era pecado, era milagro”.
Uno iba a “Mazarino” y sabía que “ligaría” una chica quizás linda, quizás graciosa, seguramente feliz ella de “ligar” a un argentino (en aquellos primeros años todavía no se decía “sudaca”). O caminaba por la vera del Parque del Oeste, la Gran Vía o Castellana y siempre un par de ojos te escudriñaban, dejándote un mensaje de deseo.
Pero yo debía conseguir trabajo, la vida es seria, hay que trabajar. Madrid 1976: vendedor de libros, de Tiempos compartidos, de ilusiones en cuotas.
Después el trabajo en la consultora de encuestas, aprendiendo un oficio que hoy, aun, es el mío.
Sin demasiada conciencia de mi parte fui testigo del referéndum de la Reforma Política, de las represiones policiales de 1976, del día que desmontaron el increíble monumento de la Falange, del día que Suarez legalizó al Partido Comunista, de los debates por la Constitución, del Pacto de la Moncloa. Compré libros antiguos en la calle de los Libreros, saqué innumerables fotos del Madrid de los Austrias, de la Glorieta de Bilbao, de Chamberí, la calle Goya, Serrano y Plaza Castilla. Madrid me invitaba a caminarlo todos los días.
Pero siempre ese dejo de angustia del trasplantado a otro sitio. Siempre la pregunta sobre Argentina, amable pero insistente. Siempre explicándose a los demás, ensayando una teoría de la Argentina en cada conversación. Por ejemplo
- Es que vosotros los sudamericanos sois de mucho color, mucha movida
- ¿No te estaras confundiendo con los caribeños? Mirá que en Buenos Aires no bailamos merengue...(Aun no existía la Movida Tropical..)
Siempre explicando que no hay indios, que no hay montañas en Buenos Aires, que no bailamos tango, que Isabel no es la Perona.
¿Cuando seré simplemente un ser humano, aquí, no un embajador de remoto pais sudamericano? Parte de un rebaño, justamente yo que lo único que deseaba era la inviduación, la personalización, saliendo de “aparatos” políticos que tienden a hundirte en el anonimato y a interesarte solo por juegos de poder.
Bueno, al final lo fui logrando: el primer cambio es interno y sucede en la lengua. Cuando me fui sorprendiendo del sonido porteño que algunos argentinos exageraban; cuando me empezó a gustar el “aquí”, más que el “acá”, el tu más que el vos, el “he visto” más que el “ví”; cierto canto intraducible del madrileño a nuestro canto italo-argentino.
Cuando rompí con el voseo y me adapté al canto regional, cuando adopté El Pais, me interesé por el fútbol local, cuando supe de cantantes, actrices y conductores de RTV, cuando conocí sitios para comer, cuando supe de historias de calles y lugares, cuando me sentí un residente de Madrid, uno más entre la multitud, cuando dejé de ser el argentino- emigrado- típico. Cuando lo logré, ya tenía el pasaje de vuelta para Buenos Aires.